Comentario
Las intervenciones de Antonino en la administración central presentan todos los rasgos del continuismo. La consolidación de los juristas en el consejo privado del emperador comienza a ofrecer nuevos testimonios de la fuerza que iban tomando en el mismo los profesionales, los juristas. Uno de sus miembros, Salvio Juliano, hizo una amplia compilación jurídica en noventa libros, básica para las posteriores compilaciones de la Antigüedad Tardía.
Bajo Antonino se amplían o reiteran las medidas destinadas a liberar a los esclavos del peso de las antiguas leyes que los reducían a cosas: se contempla que el concubinato entre esclavos sea respetado por el dueño como si se tratase de un matrimonio legal, se impide la tortura indiscriminada de los esclavos, se avanza en el reconocimiento de la liberación de la tutela de la mujer, etc. Todo ello indica que la ideología estoica ha calado muy hondo en la sociedad romana.
La distinción entre honestiores, personas pertenecientes a los tres órdenes, y humiliores, el resto de la sociedad, venía siendo una situación de hecho que tenía repercusiones en la aplicación de las leyes: ante el mismo delito, las penalizaciones eran distintas y menores para los miembros de los órdenes. La novedad reside en que, bajo Antonino, se da forma legal a esa distinción. En todo caso, tal terminología tardó en generalizarse y se fue cargando de nuevos contenidos hasta la Antigüedad Tardía, momento en que resulta usual.
La gestión de la administración fiscal debió ser eficaz cuando se comprueba que, al final de su gobierno, Antonino dejó el Tesoro público con unos fondos de 675 millones de denarios, equivalente a dos billones setecientos mil sestercios. La política de los dos emperadores anteriores, además de su escasa atención a construcciones suntuosas, contribuyen a explicar tales resultados.